En un entorno global marcado por significativas desigualdades en el acceso a servicios básicos de salud, el Secretario General de las Naciones Unidas ha tomado una postura firme durante el 58º período de sesiones de la Comisión de Población y Desarrollo en Nueva York. El dirigente ha subrayado la urgente necesidad de que los Estados incrementen drásticamente sus asignaciones de financiamiento público para la salud, con el fin de lograr una cobertura sanitaria universal y efectiva.
El informe presentado resalta que alcanzar una cobertura sanitaria universal es viable incluso para naciones con recursos limitados, y sostiene que se tendrían beneficios a largo plazo tanto para la salud de la población como para las economías nacionales. Según el documento, una inversión adecuada en servicios de salud esenciales, que cubran desde la salud sexual y reproductiva hasta la atención pediátrica y la promoción de un envejecimiento saludable, es crucial para superar los desafíos actuales.
A pesar de los avances significativos registrados desde el año 2000, como el aumento de la esperanza de vida en África y Asia Meridional y la reducción en la mortalidad infantil, el informe manifiesta preocupación por el estancamiento experimentado en la última década. Las tasas de mortalidad materna no muestran signos de mejora, mientras que condiciones como la obesidad, la diabetes y los trastornos mentales van en aumento. Este estancamiento, junto con un marcado incremento en el gasto sanitario catastrófico, ha ampliado las desigualdades en el acceso a la salud.
El impacto de epidemias recientes, como la pandemia de COVID-19, ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de los sistemas de salud. La falta de inversiones suficientes contribuye a una morbilidad y mortalidad evitables, señala el informe. Como respuesta, se ha recomendado a los gobiernos que aumenten considerablemente las asignaciones de financiamiento público para el sector salud y que aseguren la adecuada contratación y retención de personal sanitario cualificado, mediante salarios competitivos.
Además, el documento destaca la importancia de contar con más comadronas y profesionales capacitados en el tratamiento de trastornos mentales. El fortalecimiento de agentes de salud comunitarios para actuar como primeros respondientes en emergencias y la incorporación de innovaciones tecnológicas, como la telemedicina, son también parte de las recomendaciones.
Para abordar el tema del financiamiento, el informe sugiere políticas orientadas a controlar costos, como el uso de medicamentos genéricos, la regulación de precios, y la mejora en la eficiencia de las adquisiciones. También enfatiza la necesidad de reducir desperdicios y prevenir el fraude dentro del sector.
Este llamado a la acción por parte de las Naciones Unidas busca motivar a los Estados a considerar la financiación pública de la salud no como un gasto, sino como una inversión fundamental para el bienestar de sus ciudadanos y el crecimiento sostenible de sus economías.