El sistema de salud ha alcanzado un hito relevante con la división de sus servicios de farmacia en dos áreas clave, con el fin de mejorar la atención al paciente y optimizar los recursos.
La primera área, dedicada a la Farmacia intrahospitalaria y ensayos clínicos, se enfocará en la medicación de pacientes internados y en la investigación de tratamientos innovadores y efectivos. Esta especialización busca asegurar que los pacientes hospitalizados reciban atención farmacéutica integral en un entorno altamente controlado y competente.
Por otro lado, se ha establecido la Farmacia para pacientes ambulatorios (MHDA), destinada a aquellos que requieren tratamiento sin necesidad de hospitalización. Este enfoque permitirá un seguimiento más cercano y adaptado a las necesidades individuales de cada paciente en su propio entorno. Como resultado, se espera una mejora significativa en la adherencia y efectividad de los tratamientos.
La reorganización de los servicios farmacéuticos está diseñada para elevar la calidad del servicio y optimizar la gestión de medicamentos. Ambas áreas trabajarán de manera coordinada para asegurar que los esfuerzos se complementen y refuercen. Esta iniciativa subraya un compromiso renovado con la salud pública y la investigación médica, priorizando el bienestar de los pacientes.