Gustavo Petro, presidente de Colombia, celebra avances significativos en su agenda de reformas sociales, luego de que la Corte Constitucional devolviera su reforma pensional a la Cámara para corregir un error y el Senado aprobara su reforma laboral. Sin embargo, enfrenta un revés con la suspensión, por parte del Consejo de Estado, del decreto para una consulta popular, crucial para sus propuestas laborales. Petro mantiene la presión sobre el Congreso, advirtiendo que el pueblo castigará a los legisladores si no cumplen con sus exigencias. En un movimiento estratégico, designa a Alfredo Saade, un político controversial, como jefe de Gabinete, desafiando las tensiones políticas actuales. A pesar de los obstáculos, Petro está cerca de consolidar dos de sus tres reformas clave, aunque su ambiciosa reforma a la salud sigue estancada.
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