En el Mediterráneo, cada vez más afectado por incendios forestales, un estudio sugiere que los caballos pueden ser aliados en la gestión de estos eventos. Investigadores de universidades españolas han demostrado que estos animales, tradicionalmente infravalorados en prevención de incendios, poseen una sorprendente capacidad de adaptación alimentaria, consumiendo tanto gramíneas como plantas leñosas. Esto los convierte en una herramienta ecológica valiosa para reducir la carga de combustible inflamable y mantener un paisaje en mosaico que frena la propagación del fuego. Los modelos de pastoreo con caballos, ya sea asilvestrados o en pastoreo dirigido, no solo presentan beneficios ambientales, sino también económicos y culturales, promoviendo la biodiversidad y la conservación de razas locales.
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