Convivir con un perro puede ser una experiencia enriquecedora, pero también presenta desafíos, como el mal olor que a veces desprenden. Este problema no siempre se debe a la falta de higiene, sino a factores como la humedad en el pelaje, infecciones cutáneas o mala alimentación. Para combatir el olor sin recurrir al baño constante, se sugieren alternativas naturales: el vinagre de manzana, por sus propiedades antibacterianas, puede ser pulverizado tras diluirlo con agua; el bicarbonato de sodio, espolvoreado sobre el pelaje, actúa como absorbente de olores. También, se pueden usar toallitas húmedas caseras con agua, vinagre y aceite esencial de lavanda. La maicena ayuda a absorber grasa y humedad del pelaje. Asimismo, es crucial mantener limpio el entorno del perro, lavando su cama y juguetes regularmente y asegurando una buena ventilación para prevenir la acumulación de humedad.
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