La popular escritora irlandesa ha decidido canalizar una parte de sus ingresos por derechos de autor hacia Palestina Action, una organización recientemente prohibida. Además, ha asumido una postura crítica frente a Keir Starmer, líder del Partido Laborista del Reino Unido, por cuestiones políticas relacionadas con Palestina. Esta acción ha generado un amplio debate, destacando el compromiso de la autora con causas socio-políticas a pesar de su repercusión controversial.
Leer noticia completa en El Mundo.