Dinamarca está al borde de ser el primer país en elevar la edad de jubilación a 70 años, una medida cuestionada por futuros pensionistas. Esta reforma, que ligará la edad de retiro a la esperanza de vida, afectará a los nacidos después del 1 de enero de 1971, incrementando progresivamente la edad de jubilación de los actuales 67 a 68 años en 2030 y a 69 en 2035. Aprobada recientemente por el Parlamento, la normativa ha incitado protestas en Copenhague encabezadas por sindicatos que la consideran injusta. Mette Frederiksen, la primera ministra, ha expresado su interés en renegociar las cifras, enfatizando que no se debería requerir trabajar años adicionales. Críticos señalan que, pese a la sólida economía danesa, esta política podría comprometer una vejez digna.
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