El verano de 2025 ha evidenciado nuevamente una problemática que el Sindicato Médico Andaluz (SMA) ha denunciado durante años: la violencia contra los profesionales sanitarios no es un fenómeno aislado, sino un problema estructural que ocurre con una frecuencia alarmante.
En pocas semanas, hemos sido testigos de múltiples agresiones: un facultativo del 061 golpeado en Mijas, un médico de familia atacado en Tarifa, insultos racistas dirigidos a una médica en Sevilla, amenazas en un Centro de Salud de Córdoba y agresiones a un médico en San Juan del Puerto, junto con el insulto a tres facultativas. Podríamos seguir enumerando incidentes, pero la conclusión es siempre la misma: la violencia contra el personal sanitario se ha convertido en una dolorosa rutina.
Desde el SMA entendemos que esta violencia es el resultado de una serie de factores, incluyendo la sobrecarga asistencial, la falta de refuerzos en el Plan de Verano y la creciente crispación de los usuarios. El calor extremo y el aumento de la población debido al turismo han puesto a prueba un sistema sanitario que ya estaba al límite. Cuando las salas de espera se desbordan y la paciencia se agota, el primer rostro visible es el del médico o la médica.
Es fundamental subrayar que agredir a un profesional de la salud no puede considerarse una «parte del oficio»; es un delito. Sin embargo, seguimos trabajando en centros de salud sin vigilancia presencial y en urgencias saturadas, sin recursos suficientes para atender la demanda asistencial. Los protocolos establecidos parecen insuficientes para proteger a quienes enfrentan el miedo en su propia consulta.
Es por esto que desde el SMA exigimos un plan de choque real: la implementación de medidas de seguridad estables en los puntos críticos, la realización de auditorías de los sistemas de alerta y respuesta, plantillas dimensionadas a la realidad del verano y un marco normativo que sancione ejemplarmente cualquier tipo de agresión. También es crucial la creación de campañas públicas que recuerden que una amenaza o agresión en un centro de salud es un ataque al conjunto del sistema sanitario y a la sociedad en su totalidad.
Cuidar a quienes nos cuidan no es sólo un lema retórico, sino una necesidad urgente. Cada agresión que se produce en un centro sanitario debilita la confianza en el sistema y socava la moral de quienes lo sostienen. Desde el Sindicato Médico Andaluz continuaremos demandando a la Administración medidas eficaces y tangibles. La tolerancia debe ser cero y la respuesta, firme. Ni una agresión más.
Fuente: Sindicato Médico Andaluz.
