Nepal enfrenta una crisis social sin precedentes tras la prohibición gubernamental de 26 redes sociales, que desató protestas masivas lideradas por jóvenes. Las manifestaciones, concentradas en Katmandú y otras ciudades, han resultado en al menos 30 muertos y cientos de heridos debido a la represión policial. Los disturbios incluyen incendios en edificios públicos y agresiones a figuras políticas, como el ataque al ministro de Finanzas y la trágica muerte de la esposa del ex primer ministro en un incendio. En medio del caos, el primer ministro K.P. Sharma Oli ha dimitido, mientras el Ejército impone un toque de queda en la capital. Aunque la censura digital ha sido levantada, la crisis política e institucional persiste.
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