La icónica pintura «La joven de la perla» de Johannes Vermeer ha fascinado durante siglos, y ahora neurocientíficos han descubierto el secreto detrás de su atractivo eterno. Utilizando una técnica que llamaron ‘bucle de atención sostenida’, la obra logra capturar y retener la mirada del espectador mediante un triángulo visual que conecta los ojos, la boca y el pendiente del retrato. Este hallazgo, revelado tras un estudio en el Museo Mauritshuis de La Haya, sugiere que estos enfoques psicológicos también podrían explicar la perdurable atracción de obras maestras como la Mona Lisa. Los investigadores, liderados por Martin de Munnik de Neurensics, emplearon tecnología EEG en 20 participantes para rastrear su actividad cerebral y ocular, con la intención de replicar el estudio en futuros análisis de otras pinturas célebres.
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