TOI-2267 es un sistema binario compacto ubicado a aproximadamente 190 años luz de la Tierra, compuesto por dos estrellas que orbitan a una distancia bastante cercana entre sí. Desde nuestra perspectiva, estas estrellas parecen separadas por una distancia equivalente a ocho veces la distancia entre la Tierra y el Sol. Este fenómeno se conoce como “separación proyectada” y representa la distancia mínima aparente en el cielo, aunque la separación real podría ser mayor.
A pesar de que este tipo de sistemas crea un entorno gravitatorio poco propicio para la formación de planetas, investigadores han logrado identificar tres cuerpos con un tamaño similar al de la Tierra y que orbitan a gran velocidad. Este descubrimiento desafía varios de los modelos clásicos de formación planetaria.
Francisco J. Pozuelos, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), señala que “nuestro descubrimiento rompe varios récords; se trata del par de estrellas con planetas más compacto y más frío conocido”. Además, es el primero en el que se han registrado planetas en tránsito alrededor de ambas componentes del sistema.
La labor del IAA-CSIC fue fundamental para este hallazgo. Gracias a su software especializado en la búsqueda de exoplanetas, llamado SHERLOCK, el equipo detectó dos de los tres planetas en este sistema antes que la misión TESS de la NASA, utilizando los datos públicos que esta había compartido. Esta detección temprana permitió planificar observaciones desde telescopios en Tierra con más de un año de ventaja respecto a otros equipos, algo crucial que llevó al liderazgo en el estudio. Entre las observaciones relevantes se encuentran las realizadas con el telescopio de 1,5 metros del Observatorio de Sierra Nevada (OSN).
Para confirmar definitivamente la existencia de los planetas, se realizó una extensa campaña de observación en varios telescopios, incluidos los telescopios SPECULOOS y TRAPPIST, liderados por la Universidad de Lieja, que desempeñaron un papel crucial en el proceso de verificación.
Este descubrimiento no solo proporciona nuevas perspectivas sobre la formación planetaria en entornos complejos, sino que también permite explorar la diversidad de configuraciones planetarias en nuestra galaxia. Sebastián Zúñiga-Fernández, miembro del grupo EXOTIC en la Universidad de Lieja, destaca la importancia del estudio: “Este descubrimiento nos permite poner a prueba los límites de los modelos de formación planetaria y comprender mejor las distintas arquitecturas planetarias posibles”.
El hallazgo también plantea una serie de interrogantes sobre cómo se forman los planetas en sistemas binarios, lo que abre la puerta a futuras investigaciones, especialmente con el telescopio espacial James Webb y la próxima generación de telescopios grandes en la Tierra. Estos instrumentos permitirán estudios más detallados sobre las masas, densidades y potencialmente la composición atmosférica de estos exoplanetas distantes.
Finalmente, Pozuelos concluye: “Este descubrimiento nos obliga a replantearnos las teorías actuales de formación planetaria en sistemas binarios, que hasta ahora no permitían que mundos similares a la Tierra pudieran surgir y mantenerse estables en condiciones tan complejas. Importante es que abre una ventana completamente nueva para entender cómo se forman y evolucionan los planetas en escenarios extremos”.
Fuente: Instituto de Astrofísica de Andalucía
