Las sandalias, indispensables en el verano, enfrentan el problema del sudor que genera manchas amarillentas debido a la mezcla de grasa, agua y suciedad. Para preservar tanto la estética como la durabilidad del calzado, se recomienda usar polvos de talco, que absorben la grasa y eliminan la humedad superficial sin dañar las sandalias, a diferencia de productos más agresivos como el bicarbonato o la lejía. Para limpiar las manchas, se esparcen los polvos sobre las áreas afectadas, se dejan actuar durante la noche y se retiran al día siguiente con un cepillo suave. Se aconseja secar las sandalias a la sombra, rellenas con papel de periódico para mantener su forma. Además, los polvos de talco tienen múltiples usos domésticos, como eliminar manchas de grasa en la ropa, desenredar collares, facilitar el uso de guantes de látex, desodorizar superficies textiles, y servir como champú en seco.
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