Desde 2019, el consumo de las familias ha experimentado un notable incremento, especialmente en el ámbito de los servicios. Este aumento refleja un cambio en las prioridades de gasto de los hogares, enfocándose más en experiencias y servicios que en bienes materiales. La tendencia se ha consolidado en los últimos años, superando el crecimiento de otros tipos de consumo y evidenciando un cambio significativo en los hábitos de gasto de la población.
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