Novak Djokovic regresa a Australia rememorando un episodio controvertido de su carrera: su deportación en 2022 por no cumplir con las normas de vacunación contra el COVID-19. En una entrevista, el tenista serbio califica el incidente de «político» y desvincula su expulsión de la pandemia, sugiriendo que fue percibido como un símbolo del movimiento antivacunas. Tras su deportación, enfrentó problemas de salud que atribuye a un presunto envenenamiento durante su confinamiento en Melbourne. Djokovic también considera a Carlos Alcaraz y Jannik Sinner como potenciales sucesores del legado del tenis, mientras reflexiona sobre su rivalidad con Rafael Nadal y Roger Federer, expresando el deseo de dialogar abiertamente con ellos sobre cualquier diferencia.
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