La Administración de Donald Trump ha justificado un ataque aéreo masivo sobre instalaciones nucleares iraníes, insistiendo en que no busca una guerra, sino evitar que Irán obtenga armas nucleares. Con 125 aviones y 75 proyectiles, el bombardeo fue descrito como «intencionadamente limitado». El secretario de Estado, Marco Rubio, y el vicepresidente, JD Vance, defendieron que las acciones son una respuesta a la negativa iraní a negociar y no un acto de agresión. Sin embargo, el temor a una escalada de violencia persiste en la comunidad internacional. A nivel interno, la decisión ha generado divisiones; algunos republicanos y figuras prominentes del núcleo MAGA critican la estrategia militar, mientras que otros defienden la acción de Trump como un paso hacia la paz.
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