Las elevadas temperaturas veraniegas afectan significativamente los trayectos en vehículos, ya que el calor acumulado en su interior puede alcanzar niveles peligrosos. Un estudio del Club de Automovilistas de Suiza (TCS) señala que, al llegar a los 40 grados, permanecer dentro del coche es peligroso. Para evitar estas altas temperaturas, se recomienda el uso de parasoles en las lunas, lo cual demostró reducir la temperatura interior del vehículo de 77 a 40 grados. Sin embargo, es crucial asegurar la visibilidad al conducir. El Reglamento General de Circulación prohíbe el uso de láminas tintadas y adhesivos en el parabrisas y ventanas laterales delanteras, permitiéndolos solo en las lunas traseras si el coche cuenta con dos espejos retrovisores externos. Incumplir esta normativa puede resultar en multas de hasta 200 euros y la inmovilización del vehículo.
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