El partido dejó un sabor agridulce para los rojiblancos, quienes, a pesar de haber tomado la delantera, se vieron obligados a luchar intensamente para rescatar un empate. La situación se complicó aún más tras la expulsión de Lenglet, cuyo error dejó al equipo en desventaja numérica. Esta expulsión se convirtió en un punto de inflexión, obligando al equipo a ajustar su estrategia para mantener el marcador equilibrado y evitar una derrota en casa.
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