El FC Barcelona enfrenta una crisis financiera significativa al superar en 157 millones de euros el límite salarial impuesto por la Liga, complicando la inscripción de jugadores como Dani Olmo y Pau Víctor. La denegación judicial para prorrogar estas inscripciones subraya la precariedad económica del club, que ha recurrido a múltiples estrategias financieras, como la venta de derechos de televisión y la prorrateación de sueldos, para cumplir con las normativas. A contrarreloj, el Barcelona explora nuevas vías para generar ingresos, como la cesión a Qatar de la gestión de asientos VIP del Camp Nou durante 20 años. La herencia económica de la gestión anterior y el préstamo de 1.400 millones de euros para remodelar el estadio incrementan una deuda que ya supera los 500 millones en masa salarial, alejando al club de la autosuficiencia financiera.
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