La Policía de Colombia enfrenta una escalada de violencia sin precedentes del Clan del Golfo, que ha planeado asesinar a su director, Carlos Fernando Triana, imitando las tácticas de Pablo Escobar en los años noventa. Desde febrero de 2025, Triana ha enfrentado un recrudecimiento del «plan pistola», en el que se paga a terceros por asesinar policías. Diecisiete agentes han sido asesinados recientemente, y se han descubierto amenazas directas contra Triana. La Policía ha tomado medidas para reforzar su seguridad y continúa investigando las amenazas, mientras el presidente Gustavo Petro ha condenado los ataques. Estos hechos representan un reto para la política de seguridad y la propuesta de «paz total» del gobierno, mientras crecen los ataques hacia la Policía, incluyendo el uso de drones.
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