En los últimos meses, España ha sido testigo de un incremento de protestas contra la masificación turística, un fenómeno alimentado por el auge de los pisos turísticos, que han visto un alza del 15% en plazas el último año, mientras los hoteles crecieron apenas un 0,8%. Según Exceltur, la proliferación de viviendas de alquiler vacacional ha duplicado la oferta turística en una década, desbordando la infraestructura local y provocando conflictos de convivencia en diversas ciudades. Aunque el sector disfrutó de un verano «excelente» con un aumento del 4,8% en ventas, las tensiones urbanísticas persisten, con varios destinos incapaces de regular el crecimiento. Mientras el gasto extranjero creció un 13,3%, la demanda nacional se estabiliza, y las previsiones apuntan a que el turismo representará el 13,4% de la economía española en 2024.
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