En un clima de creciente tensión política en América Latina, el presidente brasileño, Lula da Silva, ha expresado su desaprobación hacia Nicolás Maduro tras las controvertidas elecciones del 28 de julio en Venezuela. A pesar de la advertencia previa de Lula sobre la importancia de respetar los resultados electorales, Maduro se declaró vencedor sin presentar pruebas, lo que llevó a una amplia condena internacional. La oposición, encabezada por Edmundo González, quien asegura haber obtenido cerca del 70% de los votos, presentó pruebas sólidas de su victoria. Este desenlace desencadenó un aumento en la represión, con numerosos presos políticos y asesinatos en el país. Lula, junto a líderes como Gabriel Boric y Gustavo Petro, se distancian de Maduro, quien también enfrenta críticas del Centro Carter y expertos de la ONU por la falta de transparencia electoral. El intento fallido de Maduro de unirse a los BRICS, influenciado por Lula, refleja su creciente aislamiento, mientras Brasil reafirma su posición en defensa de los derechos democráticos.
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