En el marco de la celebración de 70 años del inicio de la independencia de Argelia, Italia revitaliza el legado del político italiano Enrico Mattei mediante un ambicioso plan de desarrollo en África, que incluye una inversión inicial de 5.500 millones de euros. Esta estrategia busca consolidar a Italia como un socio clave en la región, promoviendo el crecimiento económico y energético como alternativa para frenar la migración. Las históricas relaciones Italia-Argelia, reforzadas por acuerdos en energía y agricultura, contrastan con el reciente enfriamiento de vínculos entre Argelia, España y Francia. Al tiempo que Roma reafirma su posición en el Magreb, el gobierno de Giorgia Meloni intenta equilibrar sus nexos con Marruecos y Argelia.
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