El proyecto europeo CHOICE, con el número de asignación GA 101081617, está orientado a incrementar la adopción de prácticas sostenibles a lo largo de toda la cadena de valor agrícola. Recientemente, ha dado un importante paso al celebrar un taller de co-creación, conocido como Participatory Lab, en la Escuela de Economía Social de Osuna, en Sevilla. Este evento marca el inicio del piloto en España, que cuenta con la colaboración de dieciséis socios de cinco países europeos, así como de Colombia y Sudáfrica. Liderado por Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, el proyecto busca involucrar a más de 200 agricultores y ganaderos andaluces, quienes implementarán prácticas para optimizar sus procesos productivos y lograr una reducción del impacto ambiental negativo, así como un incremento en la sostenibilidad.
Dentro de los objetivos del proyecto, se contemplan estudios sobre la huella de carbono y la huella hídrica, junto al fomento de prácticas sostenibles, como el pastoreo rotativo, la agricultura regenerativa y el uso de biofertilizantes. Para ello, se emplearán modelos de evaluación integrada y campañas de concienciación digital desarrolladas en el marco de CHOICE.
El taller, organizado por Cooperativas Agro-Alimentarias de Andalucía y Bioazul, con el apoyo de Rurápolis, fue un espacio de encuentro que reunió a más de veinte agentes involucrados en el sector agroalimentario, incluyendo representantes de la Consejería de Agricultura, el Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (IFAPA), y diversas cooperativas y empresas.
Durante el Participatory Lab, se llevó a cabo un intercambio enriquecedor de ideas. Los participantes se dividieron en grupos enfocados en el sector del olivar y la ganadería, donde identificaron los elementos generadores de impacto, mecanismos de conversión, prácticas sostenibles, así como las barreras y facilitadores para la adopción de modelos de gestión sostenibles. En el ámbito del olivar, se señalaron aspectos relevantes como el uso del suelo, la gestión hídrica, el uso de fitosanitarios y la formación de los agricultores. Para las buenas prácticas, se discutieron propuestas como el cooperativismo y la restauración de la biodiversidad.
En el área de ganadería, los participantes destacaron el agua, la alimentación y el estiércol como elementos clave que generan impacto. Las barreras discutidas incluyeron la falta de investigación y la comunicación engañosa en la publicidad. Posteriormente, tuvo lugar un debate conjunto donde se buscó encontrar puntos en común entre los sectores, enriqueciendo el diálogo sobre cómo implementar prácticas sostenibles en los modelos de negocio.
El taller concluyó con un alto nivel de expectativas e interés por parte de todos los agentes involucrados, que manifestaron su deseo de seguir participando en estas sesiones de trabajo. Este enfoque colaborativo sienta las bases para un futuro más sostenible en el sector agroalimentario andaluz.
Fuente: Cooperativas agro-alimentarias Andalucía.