Francisco Camps ha resurgido políticamente tras catorce años de su declive, proyectándose como un líder capaz de unificar al Partido Popular en Valencia. Su retorno viene marcado por una narrativa de redención espiritual y promesas de restaurar el antiguo esplendor del partido. Durante su mandato anterior, buscó emular a figuras históricas como el rey Jaume I, pero su ambición fue frenada por desacuerdos internos. Ahora, tras su absolución, intenta motivar a los votantes mediante discursos cargados de simbolismo bíblico y político, prometiendo una nueva era de mayorías absolutas en la comunidad.
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