En vísperas del segundo aniversario del 7 de octubre, el conflicto en la región se ha intensificado, afectando a seis países y demostrando que ninguna nación está exenta de posibles acciones militares de Tel Aviv. La escalada de tensiones subraya la volatilidad de la zona y plantea nuevos retos para la estabilidad y la seguridad regional, según apuntan analistas internacionales.
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