El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha intensificado su retórica contra Israel, acusando a su gobierno de fanatismo religioso y sugiriendo un posible ataque a Anatolia, aunque expertos como Ilter Turan consideran estas declaraciones como intentos de desviar la atención de problemas internos en Turquía. Las tensiones en Oriente Medio se agravan tras acciones de Irán contra Israel, con Turquía y la República Islámica compitiendo por la influencia regional pese a sus diferencias religiosas. Aun con la estrecha relación histórica entre Turquía e Israel desde 1949, los vínculos están rotos actualmente, exacerbados por las críticas de Erdogan y las acusaciones mutuas de genocidio con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Turquía, miembro de la OTAN, mantiene su postura crítica contra las acciones israelíes en Gaza y Líbano, aunque no se vislumbra intervención directa en el conflicto mientras el petróleo azerbaiyano siga fluyendo hacia Israel.
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