El huracán Erick, degradado a tormenta tropical, ha dejado su huella en el sur de México, sobre todo en Oaxaca y Guerrero, donde causó deslaves, caídas de árboles y bloqueos de carreteras. A pesar de ello, las afectaciones se consideran menores, con solo una persona lesionada y algunos pescadores previamente desaparecidos ahora encontrados a salvo. El despliegue de más de 30,000 efectivos de seguridad y la respuesta de la población marcaron la diferencia en la gestión de la emergencia. La presidenta Claudia Shiembaum confirmó un saldo blanco y destacó la labor de las autoridades y ciudadanos en la mitigación del impacto. Sin embargo, algunas áreas, como la Costa Chica en Guerrero, siguen enfrentando fuertes lluvias y vientos. Las autoridades continúan monitoreando la situación, especialmente el riesgo de desbordamiento de ríos.
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