La relación entre Donald Trump y su administración con respecto a Ucrania ha mostrado cambios significativos, destacándose una buena sintonía con la OTAN. Durante un encuentro en Bruselas, Pete Hegseth, secretario de Guerra, instó a más aliados a unirse al programa de armamento de EE.UU. para Ucrania, aunque España se resiste argumentando su contribución a través de la UE. Mientras que varios países ya participan, Francia, Italia y España mantienen reservas. Las recientes cifras indican una disminución del 43% en la ayuda a Ucrania, a pesar de las expectativas de mayores contribuciones. La administración Trump, que no ha donado equipo militar como lo hacía la administración Biden, aún sopesa enviar Tomahawks, un acto que Rusia considera provocador. En este contexto, Trump ha amenazado a España con sanciones comerciales por no cumplir con los compromisos de gasto en defensa convenidos en la cumbre de La Haya. Sin embargo, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, destaca la importancia de estos compromisos para mantener el apoyo de EE.UU. en caso de que Rusia ataque un país aliado.
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