El Gobierno de Estados Unidos admitió haber deportado erróneamente a El Salvador a Kilmar Armando Abrego García, protegido judicialmente desde 2019 para evitar su retorno a un entorno peligroso debido a amenazas de pandillas. Abrego, residente en Maryland con su familia, fue deportado el 15 de marzo junto a otros salvadoreños y venezolanos, pese a una orden judicial en contra. Las autoridades alegaron vínculos con la pandilla MS-13, aunque su abogado refuta la acusación por falta de pruebas. Durante su deportación, Abrego fue trasladado a la prisión de Cecot, conocida por sus condiciones deplorables, lo que pone en riesgo su seguridad. La administración de Trump, respaldada en la antigua Ley de Enemigos Extranjeros, continuó con las deportaciones a El Salvador, ignorando fallos judiciales previos.
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