En medio de persistentes tensiones, la reciente llamada entre Donald Trump y Vladimir Putin resultó en un compromiso parcial del líder ruso de no atacar las infraestructuras energéticas en Ucrania, mientras exigía el cese de la ayuda militar occidental. Sin embargo, apenas se anunció el acuerdo, las sirenas volvieron a sonar en Kiev, y los ataques en diversas ciudades ucranianas continuaron, subrayando la fragilidad de cualquier intento de paz. Por otro lado, las declaraciones de los líderes europeos, como Emmanuel Macron y Olaf Scholz, reafirman su apoyo a Ucrania y advierten sobre la necesidad de no dejar al país a merced de Rusia. La conversación también revela un interés más amplio de Trump en mantener a Irán y sus amenazas hacia Israel en la conversación, lo que plantea interrogantes sobre sus verdaderas prioridades geopolíticas. Mientras Europa se prepara para una nueva era de independencia en defensa, Polonia y los Países Bálticos han tomado medidas adicionales en respuesta a las crecientes amenazas rusas, destacando los rápidos cambios en la seguridad y las alianzas globales.
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