Tras intensas negociaciones, Israel y Hamás han alcanzado un acuerdo de alto el fuego, marcando un posible fin a un conflicto de 15 meses que ha dejado miles de víctimas y desplazados. La operación «Alas de libertad» iniciará el retorno de rehenes y representa un esfuerzo mediado por Qatar. La intervención de Donald Trump ha sido crucial al presionar tanto a Hamás como al gobierno de Netanyahu, principal obstáculo en las conversaciones previas, lo que ha permitido avanzar en un acuerdo que incluye un intercambio de prisioneros. Sin embargo, la tregua, de 42 días, enfrenta escepticismo sobre su continuidad, pues la influencia de Trump, junto con cambios geopolíticos en la región, como el debilitamiento de Hizbulá y la caída de Asad, ha sido determinante en esta inestable coyuntura hacia la paz.
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