La dirección del Partido Popular enfrenta un dilema estratégico tras intensificar la presión contra el Gobierno de Pedro Sánchez, quien planea continuar su mandato hasta 2027. La frustración en el electorado de derecha aumenta debido a la incapacidad del PP para destituir a Sánchez, lo que ha llevado a la admisión de esta insatisfacción por parte del portavoz popular, Borja Sémper. Aunque algunos líderes presionan por un cambio inmediato, Génova descarta una moción de censura debido a la falta de apoyo y posibles divisiones internas. Isabel Díaz Ayuso reabre el debate sobre la estrategia del partido, instando a una línea más derechista e impugnando el sistema de primarias, lo que provoca tensiones dentro del PP. Mientras algunos miembros, como el presidente de Castilla y León, abogan por una ampliación hacia el centro, Ayuso desafía ese enfoque, complicando la preparación para el próximo congreso del partido.
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