Rusia ha desarrollado un nuevo dron, el Geran-3, basado en el Shahed-238 iraní, que ha mejorado significativamente su efectividad en ataques sobre Ucrania. Desde junio, el uso de drones y misiles por parte de Rusia ha aumentado, alcanzando un récord de 741 ataques en un solo día. Este modelo avanza a mayores velocidades gracias a su turborreactor y tiene mayor capacidad de carga explosiva, lo que presenta un reto para las defensas ucranianas. A pesar de las sanciones occidentales, Rusia ha evadido restricciones electrónicas con la ayuda de China, aunque Pekín niega participación. La producción de drones en Rusia es masiva, destacando la fábrica de Alabuga. El conflicto se intensifica mientras Estados Unidos presiona a Moscú para negociar, advirtiendo con nuevas sanciones económicas.
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