Las tensiones en el Gobierno español continúan después de que las dos vicepresidentas no hayan mantenido reuniones desde la división surgida en Moncloa el pasado martes. El desacuerdo se centra en la tributación del salario mínimo, un tema que ha generado una clara división de opiniones dentro del Ejecutivo. Ambas líderes se mantienen firmes en sus respectivas posturas, lo que complica la posibilidad de llegar a un consenso en el corto plazo. La disputa pone de relieve las dificultades internas del Gobierno para gestionar políticas económicas clave y subraya la necesidad de diálogo para superar estas diferencias.
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