El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, denunció un intento de asesinato a manos de agentes iraníes tras un ataque con dron, atribuido al grupo libanés Hezbolá, contra su residencia en Cesárea, aunque él y su esposa no estaban presentes. En respuesta, Netanyahu reafirmó el compromiso de Israel de continuar su lucha contra los enemigos para garantizar la seguridad nacional a largo plazo y justificó una incursión terrestre en el sur del Líbano, iniciada el 1 de octubre, para asegurar el regreso seguro de los evacuados del norte de Israel. La ofensiva reciente ha dejado al menos 36 muertos y 204 heridos en Líbano, de acuerdo con las autoridades de salud libanesas, elevando el número de fallecidos a 2.448 desde el inicio del conflicto hace un año.
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