El cardenal de Marsella, nacido en Argelia, se perfila como el sucesor natural del Papa Francisco, siendo su origen multicultural un punto destacado en su trayectoria. Su capacidad para conectar con diferentes comunidades y su compromiso con temas sociales relevantes lo posicionan como una figura prominente dentro de la Iglesia Católica. Su liderazgo refleja un enfoque renovador y una sensibilidad hacia la diversidad cultural, aspectos que resuenan con la dirección que ha tomado el papado bajo Francisco.
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