Jensen Huang, el carismático CEO de NVIDIA, ha generado nuevamente revuelo con su reciente visita a Taiwán. Frente a los medios, Huang declaró que su viaje tenía como propósito reunirse con los directivos de TSMC para supervisar el estado de los chips Rubin AI, la nueva generación de GPUs para inteligencia artificial que ya han alcanzado la fase crítica de tapeout.
Sin embargo, fuentes del Economic Daily News y analistas de United Daily News revelan que el verdadero objetivo podría ser discutir sobre aranceles y precios de transferencia, temas cruciales para la rentabilidad de NVIDIA y la estabilidad de la cadena de suministro global de semiconductores.
La familia Rubin AI marca el siguiente gran paso para NVIDIA en el ámbito de la inteligencia artificial, después del éxito de sus arquitecturas anteriores, Hopper y Blackwell. El avance de estos chips es esencial para mantener el liderazgo de la compañía en cargas de trabajo de alta demanda. En esta fase de tapeout, el diseño del chip se transfiere a la fotomáscara antes de la producción, un proceso costoso y delicado.
TSMC, epicentro del desarrollo de semiconductores, sigue siendo crucial para la producción de NVIDIA, pese a los esfuerzos de Estados Unidos por trasladar la fabricación localmente. Aunque se ha invertido en una planta en Arizona, la capacidad de vanguardia permanece en Taiwán, con sus inherentes riesgos geopolíticos.
En cuanto a aranceles, la administración de Donald Trump podría imponer cargos adicionales a semiconductores producidos en Asia, perjudicando a NVIDIA, cuya producción depende fuertemente de TSMC. Huang busca mitigar estos posibles impactos alineando precios y facturación con TSMC para protegerse de estas medidas.
Un aspecto crucial de las negociaciones es el manejo de los precios de transferencia, una práctica que puede optimizar cargas fiscales pero que es objeto de escrutinio. La relación entre las filiales de TSMC y NVIDIA podría ser clave para establecer estructuras que maximicen beneficios sin infringir regulaciones fiscales.
La visita también ocurre en un momento de rumores sobre intereses estadounidenses en tomar participaciones en TSMC, aunque Huang mantuvo un perfil diplomático calificando a la empresa como «la mejor del mundo». En paralelo, las acciones de NVIDIA han caído un 3,7% debido a un cambio de inversiones hacia activos más defensivos.
Se entrecruzan así varios frentes: asegurar que Rubin AI progrese sin contratiempos, encontrar formas de mitigar afectaciones arancelarias y acordar estrategias fiscales eficientes. Estos factores no solo impactan a NVIDIA, sino también a TSMC, a la política industrial de Estados Unidos y al rol de Taiwán en la cadena de semiconductores. En última instancia, lo que parece un viaje tecnológico podría definirse por acuerdos económicos y estratégicos que marcarán el futuro de la compañía.