En la última gala de «Gran Hermano», conducida por Jorge Javier Vázquez, se anunció la expulsión definitiva de Maite, la concursante cántabra, cuya actitud conflictiva y falta de autocrítica le costaron su permanencia en el reality. Desde su llegada al plató, la ex participante enfrentó duras críticas del presentador, quien le recordó sus comportamientos considerados maleducados y crueles, especialmente hacia algunos compañeros como Óscar y Violeta. Aunque Maite intentó justificarse, alegando que sus comentarios eran meras expresiones locales, Vázquez cuestionó su falta de empatía y su incapacidad para reconocer los errores, sugiriendo que si hubiera recibido consejos honestos, su destino en el concurso podría haber sido distinto.
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