En el mundo del hip-hop, la rivalidad entre Kendrick Lamar y Drake ha alcanzado nuevas alturas, con implicaciones legales y un impacto cultural significativo. La canción «Not Like Us» de Lamar, vista como un alarde de su destreza lírica frente a Drake, se ha convertido en un fenómeno tanto por sus acusaciones directas como por su trascendencia social, abordando temas de apropiación cultural y racismo. Con un trasfondo de tensas luchas líricas que comenzaron en 2013, la rivalidad se intensificó cuando la canción de Lamar rompió récords de reproducción y ganó múltiples premios Grammy, lo que llevó a Drake a presentar una demanda por supuesta difamación. La disputa, más allá de una simple batalla de egos, destaca las tensiones en la cultura del hip-hop y el poder de las letras como herramientas de denuncia social.
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