En el concierto de cierre del Primavera Sound en Barcelona, la banda norirlandesa Kneecap deleitó al público con su mezcla de música y activismo político. La actuación del trío, que utiliza tanto el gaélico como el inglés en sus letras, destacó por su energía y humor desacomplejado. Mientras uno de sus miembros enfrenta cargos de ofensa terrorista en Londres, el grupo mantiene su postura crítica, como se evidenció con su apoyo a la causa palestina y la sátira política en sus temas. La fusión de ritmos punk y hip-hop, junto con su conexión con un público diverso, dejó una impronta vibrante en el festival.
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