En julio, el Índice de Precios al Consumo subió un 2,7%, una cifra moderada en comparación con el 10,8% de tres años atrás, cuando el conflicto en Ucrania disparó los precios. Aunque algunos productos, como los huevos, aumentaron considerablemente, otros como el aceite de oliva y el azúcar disminuyeron. A pesar de un encarecimiento del 33% en alimentos y bebidas no alcohólicas desde 2021, los consumidores han ajustado sus hábitos, reduciendo cantidades y optando por productos de marca blanca. El gasto por persona en alimentos este año incrementaría apenas unos euros mensuales, aún con cambios significativos en productos individuales. Las iniciativas fiscales del gobierno, como las reducciones de IVA, fueron retiradas progresivamente este año, tras aliviar temporalmente la carga inflacionaria.
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