Casi diez años después de su liberación, Qari Abdul Rauf, involucrado en el escándalo de abuso sexual de niñas en Rochdale, sigue viviendo libremente en la misma ciudad a pesar de tener orden de deportación. Condenado en 2012 por violación y tráfico de menores, Rauf, quien apenas cumplió una parte de su sentencia y debía ser deportado a Pakistán en 2014, ha eludido su expulsión argumentando la pérdida de su ciudadanía y apelando a los derechos humanos. La situación ha generado indignación entre los residentes de Rochdale y ha puesto al primer ministro británico, Keir Starmer, bajo escrutinio por su manejo del caso cuando lideraba la Fiscalía de la Corona. El caso ha cobrado notoriedad con las críticas de Elon Musk, quien acusó al gobierno de desestimar nuevas investigaciones sobre el tema. La controversia se intensifica con otros miembros de la banda que también han esquivado la deportación a través de maniobras legales, generando frustración pública y demandas de acción más firme por parte de las autoridades británicas.
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