Tras la llegada de los talibanes al poder en Afganistán en agosto de 2021, la artista Shamsia Hassani abandonó su Kabul natal para continuar su labor como grafitera en el extranjero. Sus obras, que decoran muros en diversas partes del mundo, dan voz a las mujeres afganas, representando a menudo a figuras femeninas como combatientes, refugiadas o símbolos de pérdida de identidad y esperanza. Hassani utiliza el grafiti para transformar muros marcados por el conflicto, buscando inspirar a las comunidades a través del arte. A pesar de su éxito internacional, la artista revela su frustración por la escasa recepción que su trabajo tiene entre sus compatriotas, muchos de los cuales, según ella, no valoran el poder del arte debido a la lucha por la supervivencia en tiempos de crisis. En sus creaciones, Hassani refleja la difícil realidad de las mujeres afganas bajo el régimen talibán, quienes viven bajo restricciones extremas, como la reciente ‘Ley de Promoción de la Virtud y Prevención del Vicio’. A pesar de las circunstancias, Hassani encuentra inspiración en la resistencia de las mujeres afganas y, aunque no piensa en regresar pronto a su país, sueña con un mundo en el que los sueños no mueran.
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