La guerrilla kurda del PKK ha declarado su disolución y el fin de su lucha armada tras 40 años de conflicto con el Estado turco, que dejó aproximadamente 45,000 muertos. Esta decisión responde a un llamamiento de su fundador Abdullah Öcalan, quien desde la cárcel instó al abandono de las armas en febrero. Durante un congreso extraordinario entre el 5 y 7 de mayo, el PKK decidió que la lucha había cumplido su misión histórica al acercar la resolución de la cuestión kurda mediante la política democrática. El proceso será dirigido por Öcalan. En 2013, Öcalan ya había intentado integrar a los kurdos pacíficamente en Turquía, pero el conflicto se reanudó en 2015.
Leer noticia completa de Internacional en El Independiente.
