La hora en que se realiza la última comida del día podría tener un impacto significativo en la salud, especialmente en personas mayores. Según expertos, cenar al menos tres horas antes de acostarse mejora la calidad del sueño y el metabolismo, al alinearse con los ritmos circadianos del cuerpo. Este enfoque permite extender el ayuno nocturno, favoreciendo la quema de grasa y el control del peso. Especialistas recomiendan adelantar la cena, lo que es coherente con prácticas de longevidad observadas en ciertas regiones del mundo. A pesar de los desafíos que esto puede implicar en el estilo de vida moderno, establecer horarios regulares para las comidas podría ser clave para mejorar la salud a largo plazo.
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