A un año de la entrada en vigor de la Ley de Bienestar Animal, los efectos negativos han sorprendido a las protectoras de animales en España, que están desbordadas por el aumento de abandonos, contrario a los objetivos de la normativa. La confusión generada por la ley ha llevado a muchos propietarios a abandonar a sus perros, algunos en condiciones deplorables y con heridas causadas por la extracción del microchip para evitar su identificación. Las protectoras, como la de Vigo, reportan un incremento alarmante en el número de perros recibidos, con cifras que se han más que duplicado. Ante la falta de información y conciencia, las instituciones llaman a una mayor divulgación y educación desde edades tempranas.
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