La tasa de morosidad en España ha alcanzado niveles históricamente bajos, situándose en el 3,30% según los últimos datos del Banco de España correspondientes a febrero de 2025. Este logro refleja una evolución positiva del sistema financiero del país, impulsada por la adopción de herramientas automatizadas y digitales que han mejorado la eficiencia, transparencia y accesibilidad de los procesos de recuperación.
Históricamente, el contexto geopolítico ha tenido un impacto significativo en la economía global, afectando diversos sectores, incluido el financiero. En crisis pasadas, como las de 2008 y la pandemia de COVID-19, se registraron aumentos preocupantes en el fraude financiero y la morosidad. Sin embargo, las entidades bancarias han respondido adoptando soluciones tecnológicas que han fortalecido sus mecanismos de protección y prevención. Estas estrategias, centradas en el control de flujos de caja, renegociación de deudas y prevención del fraude, han contribuido a una mejora cualitativa de los activos.
Tras la crisis financiera de 2008, algunas entidades registraron tasas de morosidad superiores al 13%. En contraste, en 2025, se observa una drástica disminución, superando los 30 puntos básicos en el último año. El crecimiento de la cartera crediticia, que ha alcanzado 1,183 billones de euros, junto con un sólido crecimiento económico, políticas gubernamentales de apoyo y una gestión prudente, han sido factores clave en esta recuperación.
Las plataformas digitales y modelos analíticos han revolucionado los procesos de recuperación, proporcionando soluciones automatizadas que permiten un seguimiento constante de los créditos en riesgo e identifican patrones anómalos, previniendo pérdidas. Esta digitalización no solo beneficia a las entidades financieras, sino que también ofrece a los usuarios productos y servicios más adaptativos y eficientes.
Además, se observa una mayor democratización del crédito, decisiones rápidas gracias a modelos predictivos y una personalización en los procesos de pago. Las herramientas modernas ofrecen una mayor protección contra fraudes, reforzando la confianza en un sistema financiero que se vuelve más transparente.
La vigilancia proactiva se ha convertido en un pilar fundamental para el fortalecimiento de la seguridad y la confianza del usuario, permitiendo acceso a soluciones que protegen el patrimonio y mejoran la experiencia financiera. La tecnología, como la ofrecida por GDS Link Modellica, facilita la minimización de riesgos y contribuye a un entorno más seguro.
La incorporación de tecnología predictiva y automatizada es esencial no solo en tiempos de crisis, sino también en el funcionamiento diario de las finanzas. La inteligencia artificial y modelos avanzados juegan un papel crucial en fomentar la confianza de los usuarios, promoviendo un sistema más eficiente y accesible, que favorece tanto a los usuarios como a las entidades, resultando en éxito y rentabilidad.