Los ministros de Medio Ambiente de la UE alcanzaron un principio de acuerdo para reformar la Ley Europea del Clima, estableciendo una reducción del 90% de emisiones de gases de efecto invernadero para 2040 respecto a los niveles de 1990. Este objetivo, defendido como «línea roja» por países como España, aún necesita acuerdos adicionales para ser formalizado. El compromiso también incluye ampliar los créditos internacionales para compensar déficits en reducción de emisiones, tras intensas negociaciones que involucraron consultas a líderes europeos. La madrugada de deliberaciones reflejó las tensiones entre el deseo de mantener la competitividad europea y la ambición climática, con posiciones divergentes entre países como Francia y Polonia. La presidencia danesa buscó un respaldo amplio para dar solidez a la normativa que fundamentará políticas climáticas futuras, enfrentando resistencia de varias naciones que intentaron suavizar el acuerdo.
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