Austria triunfó en Eurovisión 2025 con «Wasted Love» de JJ, superando a Israel en una reñida votación. La propuesta escénica, creada por el español Sergio Jaén, destacó por su elegante presentación en blanco y negro, contrastando con el espectáculo colorido y extravagante del resto del festival. Eurovisión, criticado por privilegiar el impacto visual sobre la música, vuelve a ser un reflejo de la sociedad actual, donde las apariencias y el ruido a menudo superan la profundidad y emoción genuina. Sin embargo, la victoria de una canción que resalta por su sensibilidad y contenido demuestra que aún se valora la auténtica creatividad y el talento genuino. Suiza, pese a su innovadora y elegante propuesta con Zoë Më, no logró el mismo impacto debido a factores extramusicales. La necesidad de equilibrio entre espectáculo y emoción se evidencia, y aunque el festival sigue buscando su identidad en medio de cambios culturales y tecnológicos, lo auténtico y original continúa resonando con el público.
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