Durante el Debate del estado de la ciudad de 2025, María José Catalá enfatizó su compromiso con Valencia, descartando rumores sobre su posible traslado a la presidencia de la Generalitat. Catalá subrayó que necesitará más de una legislatura para implementar sus ambiciosos planes y llamó a la oposición a adoptar una visión a largo plazo ante desafíos futuros. Sin embargo, el debate evidenció la falta de consenso entre Gobierno y oposición en temas cruciales, una situación que refleja un problema mayor en la política española. En cuanto a la crisis habitacional, la alcaldesa abogó por un pacto de Estado y medidas como la creación de una agencia pública de alquiler, mientras que la oposición propuso topar precios y aumentar la inversión pública. La discusión sobre vivienda puso de manifiesto la relación entre democracia y un modelo económico basado en la propiedad, un legado ahora en riesgo.
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